Heces, papel higiénico y todo tipo de deshechos humanos se lanzan directamente al río Aragón, sin depurar. Al parecer la DGA adjudicó la construcción de varias depuradoras en 2009, pero siete años después no se ha colocado un solo ladrillo. La Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Acciona y Comsa ha demandado al Gobierno de Aragón y le pide 7 millones de euros. Viendo que va para largo, los Ayuntamientos tratan de acometer ellos las obras, pero la inversión es muy alta para estos pequeños consistorios de montaña.