El 2 de agosto de 1990, el entonces presidente de Italia, Giulio Andreotti, reconoció ante el Senado italiano la existencia de una red de ejércitos secretos a lo largo de la Europa occidental. Aquella noticia era terrible y confusa en términos iguales. Terrible debido a que habían existido tropas paramilitares no controladas por el poder civil; confusa porque no se sabía ni cuáles eran los objetivos de estas tropas stay behind, ni quiénes la formaban, ni qué acciones habían llevado a cabo.

El imparable torrente de casos de corrupción avanza y amenaza con cobrarse piezas de “caza mayor”: el PP está carente de liderazgo y se encuentra sin sustituto a la vista. A Mariano Rajoy le empieza a pesar demasiado el fardo de la corrupción valenciana, de la que desde el año 2004 fue, como mínimo, sujeto pasivo o narrador omnisciente. Difícil no acordarse del “Rita eres la mejor” o del más reciente “Rita está completamente limpia”

Lo que no había conseguido la guerra de Iraq, ni la política de Aznar, ni la de Zapatero, ni siquiera Rajoy, lo ha logrado Beppe Grillo. Ha puesto de acuerdo a eminentes plumas del lucernario español de la inteligencia, ya sean conservadoras tirando a reaccionarias, ya progresistas con inclinación al compadreo, o atentos creadores de opinión con el corazón partido entre la política y la docencia. Todos coinciden: Beppe Grillo es un peligro quizá mayor que Berlusconi. La coincidencia dice mucho del estado de nuestra inteligencia...

Será su venganza. La historia probablemente dedicará más esfuerzo a descifrar la vida de Giulio Andreotti que la de cualquier otro político italiano de su tiempo. Porque en su figura late una paradoja que ni siquiera Maquiavelo llegó a plantear, y es que de Andreotti lo sabemos todo, con pruebas, fotos, grabaciones, testigos. Y sin embargo hay otro todo, del que no tenemos apenas idea.

Andreotti y Francesco Cossiga -expresidente de la República y entonces ministro del Interior- "fueron los verdugos de Aldo Moro". Esta afirmación proviene del juez instructor de aquel caso, Ferdinando Imposimato, que aseguró esta semana que los dos políticos impidieron una operación para liberar al líder de la Democracia Cristiana. "Favorecieron el asesinato por parte de las Brigadas Rojas porque querían su muerte".

El histórico primer ministro siempre tenía un as en la manga por si alguien le llevaba la contraria o no estaba de acuerdo con sus pensamientos.

Un resumen del historial del recien fallecido Andreotti, hombre clave de la guerra fria en Italia, que va más alla de las dos frases ingeniosas que ha reflejado la prensa en general.

Muere el ex premier italiano Giulio Andreotti Apodado Belcebú por sus enemigos y famoso por su ironía, dominó la política italiana durante la última mitad del siglo XX, convirtiéndose en una leyenda.

Giulio Andreotti, 94 años, murió a Roma, su ciudad de nacimiento, de cuyo tomó la ironía, la centralidad del poder y la popularidad. Fue uno de los hombres más importantes de la Democracia Cristiana, el histórico partido de los católicos italianos, en cuyo inició a militar en juventud, todavía antes de licenciarse cuando Alcide De Gasperi, uno de los padres históricos de la República lo contactó, diciéndole: “Prepara algo veloz por la licenciatura y vienes a trabajar con nosotros, necesitamos jóvenes como tú”.

La trayectoria política de Andreotti estuvo determinada por tres prioridades: su partido y los intereses de la OTAN y los del Vaticano. Apartado del poder, fue sometido a varios juicios por complicidad, al máximo nivel, con la Mafia siciliana, y también por ser el responsable directo del asesinato del periodista Mino Pecorelli. Fue condenado en varios de ellos, pero no pasó un solo día en la cárcel. Sus poderosos amigos, en Italia, el Vaticano o en las capitales del atlantismo, lo impidieron.

Ha anunciado hoy en su Twitter el fallecimiento a la edad de 94 años

El histórico líder democristiano italiano Giulio Andreotti, que presidió la república italiana en tres ocasiones, ha fallecido a los 94 años de edad según informa la prensa italiana. En la actualidad era senador vitalicio.

En senador vitalicio Giulio Andreotti, 91 años recién cumplidos, ha desmentido hoy con una fulminante nota una falsa noticia, propagada a través de Italia Oggi y la popular web Dagospia, que afirmaba que había sido ingresado en el hospital. El siete veces primer ministro democristiano ha emitido una nota escueta en la que sale así al paso de la información: "Leo con estupor la noticia de mi presunto ingreso hospitalario. En este momento estoy en el Senado, y para lo que pone en el registro civil estoy en buena salud".

¿El futuro? Me alegra mucho que me haga esa pregunta, jovencita.