Existe hoy en España un combate sordo, un combate acallado por los medios de comunicación, que, alguno, ha bautizado con el difícil nombre de guerra vexilológica, o dicho más llanamente, guerra de símbolos. En efecto, en el contexto de la formación de la España autonómica, y a través de la beligerancia en contra por parte de las facciones nacionalseparatistas, los símbolos comunes relativos a la nación española son permanentemente puestos en cuestión cuando no, directamente, objeto de ultraje y ofensa.