(...) El cadáver es el de una joven de 22 años, Déborah Fernández-Cervera Neira, que se encontró diez días después de desaparecer en Vigo, hace 17 años. Murió por motivos que se ignoran y por causas no establecidas. Ni siquiera está demostrado que fuese asesinada, y después de varias pesquisas, como mucho hay un sospechoso, que ni siquiera fue acusado. Pero hay también y, sobre todo, la voluntad de hierro de una familia dispuesta a que el caso no se olvide, y que el asesinato, de serlo, se resuelva antes de que prescriba, en el año 2022.