Diego y Tomás Rojas son dos hermanos con capacidades estudiantiles por encima del promedio. Eso les ha abierto puertas académicas, como convertirse en alumnos universitarios a pesar de ser adolescentes, y cerrado otras: ninguno logra encajar con jóvenes de su edad. Esa, han aprendido, es la prueba más difícil que tendrán que superar.