Ocurrió este pasado primero de marzo. En ese mítico terruño en mitad del Océano Pacífico, que tiene el honor de ser el lugar más aislado del mundo (a casi 5000 millas de cualquier zona habitada), y es hogar de unas estructuras tan impresionantes cómo misteriosas, por lo enigmático tanto de su construcción cómo de sus desaparecidos constructores. Según fuentes oficiales, un individuo chileno residente en la conocida Isla de Pascua, o Rapa Nui para los paisanos, habría acabado con una de las no menos famosas estatuas que pueblan la lejana ínsula.