"No nos damos cuenta de la fuerza que tiene la oración, orar es tener toda la confianza en Dios, es la mejor, la más poderosa y asequible arma con la que los cristianos podemos hacer frente a la desesperanza", señaló el pupurado."Os pido, pues, que recéis", dijo el cardenal a los jóvenes congregados en la Basílica, ante los que aseguró que la oración "no es tiempo perdido, sino ganado" y "si hubiese más oración por los sacerdotes o por los obispos...