Hay un proverbio chino que dice “el aleteo de las alas de una mariposa puede cambiar el mundo”. Tendría mis siete años recién cumplidos, y esa misma mañana, me levanté de un salto, me levante vivo. Lo primero que miré fue la ventana, por si había nevado, hacia varios inviernos que no nevaba. Estaba deseando que volviese a pasar. En lugar de nieve, vi un cielo azul, como suele ser, pocas nubes, el descampado siempre tan siniestro de detrás de mi casa y mi árbol favorito con mi columpio colgando. En él se encontraba una mariposa, en mi columpio..