En España la homofobia es justamente condenada mientras que la cristianofobia campa a sus anchas en medios de comunicación y conversaciones, eso sí, disfrazada de laicismo, modernidad o anticlericalismo, pero es sencillamente cristianofobia, porque, si la Iglesia, en vez de predicar a Cristo, predicase a Buda, no recibiría tantas críticas.