Un fantasma recorre el mundo de las renovables desde hace semanas, uno llamado Siemens Gamesa. A principios de junio, Siemens anunciaba que había tenido que gastarse 1.000 millones de dólares adicionales para arreglar ciertos problemas técnicos en sus turbinas. Ese adicionales es importante, porque el año pasado la división de éolica, Gamesa, no solo perdió 2.000 millones de dólares, sino que tuvo que pasar por un concurso de acreedores.