Tras más de seis meses sangrando por la guerra, el extremo oriental de Ucrania se ha infectado. Los rebeldes, que armados por Rusia tomaron al asalto instituciones y cuarteles en Slaviansk, Donetsk, Lugansk o Kramatorsk, celebran hoy sus primeras elecciones, con el objetivo de legitimar el poder que llevan meses ejerciendo fusil en mano.