Armado con datos obtenidos en autopsias de hombres realizadas en los 40 y los 50 del siglo XX el arqueólogo James Cole, de la Universidad de Brighton, ha calculado que un hombre adulto* aporta unas 126.000 calorías, tal y como se puede leer en Assessing the calorific significance of episodes of human cannibalism in the Palaeolithic. El dato sale del peso y masa muscular medios de esos hombres y la distribución de proteína (4 calorías por gramo) y grasa (nueve calorías) en los órganos que normalmente se comen los que practican canibalismo.