Repartir un millón de preservativos a punto de caducar y, en los últimos meses, no disponer de más de 1.000 al mes, y con suerte, o directamente pasar cinco meses sin recibir nada. A esta situación se enfrentan las organizaciones que trabajan en las campañas de prevención del VIH en Madrid. ¿La razón? Mala gestión o falta de previsión por parte de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, región que acumuló, entre los años 2003 y 2016, la cuarta parte de los diagnósticos de VIH de todo el Estado.