Se enroló en el grupo de voluntarios que atiende el restaurante abierto por una ONG, llamado Robin Hood, un establecimiento donde a mediodía se ofrece un menú común y, por las noches, se sirven cenas gratuitas para quienes no tienen recursos. “Me sorprendió, he de reconocer, que quienes aquí vienen son una muestra de la sociedad tal cual es, con gente más simpática y más introvertida, más amable y más retorcida, más culta y menos. No es, tal y como a veces tendemos a considerar, un pedazo marginado fuera de la sociedad. Es la propia sociedad.