Como muchos otros superhéroes, Wonder Woman nació en plena Segunda Guerra Mundial con la misión de combatir la amenaza nazi en las viñetas. Sin embargo, ella tenía algo que la hacía única: era una mujer en un mundo esencialmente masculino y no pocas veces machista. Por este motivo, ya desde su primera aparición en All-Star Comics
#8, en diciembre de 1941, Wonder Woman parecía destinada a convertirse en un icono feminista de la cultura pop del siglo XX.