Desde sus inicios, la arquitectura ARM ha dominado el mundo de los dispositivos móviles gracias a su eficiencia energética y optimización para cargas de trabajo específicas. Sin embargo, recientes avances han empezado a cuestionar el status quo de la industria de los ordenadores, tanto de sobremesa como portátiles, con Intel y AMD como principales protagonistas. La llegada de procesadores como el Snapdragon X, basados en ARM, podría estar señalando un cambio de paradigma en el mundo de la informática.