“El problema, principalmente, es que existe una tendencia perversa a alimentar un debate con generalidades, cuando lo que se necesita es rigor, datos veraces, concreción y detalles para hacerse una opinión. No se trata, sin más, de decir: fracking sí o fracking no. Esto es más profundo y complejo, no una discusión de bar”, expone un analista del fenómeno fracking que prefiere mantener el anonimato. Alrededor del fracking, dice, el “final se redacta antes que el principio”...