A estas alturas nadie es inmune a la crisis de los semiconductores que lleva asolando el panorama automovilístico desde principios de año. El 2021 se suponía un año de recuperación tras un 2020 desastroso, y está resultando ser un año complicado, muy complicado. Uno de los fabricantes que mejor había "capeado el temporal" hasta ahora, Tesla, ha comenzado a sufrir el impacto de este desabastecimiento, y algunos clientes se están encontrando con una desagradable sorpresa al recoger sus coches nuevos.