«Es necesario frenar la proliferación de individuos defectuosos y degenerados». No es Berlín en 1940: es Manhattan en 1920. No era la obra de fanáticos aislados: en los años 20, las teorías e incluso las políticas eugenésicas eran científica y socialmente aceptadas en muchas de las sociedades occidentales: EEUU, Noruega, Suecia, Canadá, Australia, Francia, Estonia, Dinamarca, Reino Unido, Austria... En los juicios de Nüremberg, los jerarcas nazis afirmaron que su política eugenésica estaba inspirada directamente en su homónima estadounidense.