Cada vez que oigo las palabras “derecho a déficit” y “solidaridad interterritorial” uno se lleva las manos a la cartera. Con la falsa polémica del “cuponazo” , además, me llevo las manos a la cabeza. ¿Por qué defiendo el cupo vasco para todos? La fiscalidad, cuanto más cerca esté del ciudadano y los agentes económicos que la pagan, mejor. Los impuestos no los pagan los territorios, las regiones o el gobierno, sino las empresas y ciudadanos. Cuánto mejor se gestionen, más actividad económica y mayor empleo.