No ha sido la inflación ni los objetivos de crecimiento, ni la deuda de los gobiernos locales, ni siquiera la contaminación o la corrupción, o las tensiones con Japón por las Diaoyu/Senkaku… para todo ello, con mayor o menor fortuna, el gobierno chino ha reaccionado con medidas y propuestas de diverso signo. No obstante, la gravedad de las tensiones en Xinjiang se cronifica.