Mitificado por experiencias ajenas, cine y tertulias varias, el orgasmo femenino es un placer con dudas. Hay mujeres que se preguntan en secreto si el suyo es como el de aquella amiga que dice vivirlo como "una pequeña muerte" o si se parece en algo al de esa actriz porno que se convulsiona durante dos minutos. Mientras, existen cada vez más hombres que se frustran si tras un par de respiraciones profundas –y silenciosas– su pareja dice sentirse bien y se preguntan preocupados si con eso es suficiente, si "la satisface" o no.