Se trata de un sauvignon blanc que no tiene ni una gota de alcohol, el que es reemplazado por cannabis. Ello, porque la regulación estadounidense prohíbe vender ambos componentes en un solo producto. Así, cada botella de este particular vino contiene 16 miligramos de THC, el principio psicoactivo de la marihuana, en vez de tener entre 12,5% y 14,5% de alcohol, como la mayoría de los vinos.