El lunes 29 de febrero del 2016, para mí, no fue una fecha que pasó por el calendario como una más. Durante todo el día se cruzaron por mi cabeza las imágenes del rostro de dos muchachitas, una rubia y una morena, a quienes ni siquiera conocí. Sin embargo, tengo claro el porqué de esta situación: fue debido a que, más allá de que nunca compartí tiempo con ellas, las sentí muy cercanas, como consecuencia de que los tres teníamos un gusto en común: viajar por el mundo.