La llegada de las placas base UEFI como tecnología sustituta de la BIOS tradicional se planteó como una garantía para ejecutar, únicamente, software seguro en nuestros ordenadores. Sin embargo, este arranque seguro o Secure Boot planteará problemas para los usuarios de Windows 10 que, además del software de Microsoft, quieran ejecutar en sus PCs otro sistema operativo, como las distribuciones de GNU/Linux.