Es la empresa más grande del mundo, una de las que más beneficios deja, y constituye la infraestructura real de una de las peores tiranías del planeta. Nadie sabe hasta dónde llegan sus tentáculos, pero se le conocen inversiones y lobbies en todos los lugares donde se toman decisiones. Tras ella y a través de ella, un extenso clan de teócratas islámicos interviene libremente en los principales mercados globales sin que nadie les tosa ni un poquitín.