Hace unos años, en medio de una relación a la que llamar tóxica sería hacerle un cumplido, decidí pedirle a un amigo fotógrafo que me sacase unas fotos, porque en ese momento de total inseguridad necesitaba sentirme más atractivo, necesitaba que alguien me hiciera sentir deseable(...) Una cantidad impresionante de artículos sobre toda clase de hombres mezquinos, violentos, machistas, insomnes, psicópatas y demás, parecían estar de acuerdo con que mi cara fuese la mejor entre millones y millones de otras caras a disposición para representarles.