Cuando se desarrolló la independencia en el país durante la Revolución de Mayo en 1810, Las Malvinas estaban ocupadas por España, y al momento de la transición, las islas pasaron automáticamente a ser parte de la soberanía independiente de Argentina. En 1820 el gobierno de Buenos Aires envió una fragata a tomar posesión y reafirmar sus derechos. Durante el inicio de dicha soberanía, las Islas Malvinas dependían políticamente del Gobierno de Buenos Aires y eran utilizadas como lugar de reclusión de delincuentes peligrosos.