Parecía que Sphen y Magic serían padres grandiosos, diligentes y cuidadosos que incubarían sus huevos. Hicieron el nido más grande y se sentaron sobre él de manera constante. Con curiosidad, los encargados del acuario les dieron un huevo falso a los dos machos. Lo adoptaron. Entonces, cuando parecía que una pareja particularmente negligente de pingüinos heterosexuales iba a dejar un huevo expuesto (las hembras ponen dos, pero generalmente solo sobrevive uno), los empleados del acuario decidieron que se lo darían a Sphen y Magic.