La mujer, diputada, dicen que progresista, me mira con gravedad en la terraza de los estudios de radio. Tenemos diez minutos de descanso después de hablar de paro, pobreza, desahucios, desánimo. Lo mío, o sea. —Ay, Cristina, pero tú eres todavía joven,(...) aún podrías encontrar un hombre, ya sabes, un hombre con dinero, que te solucione todo este desastre, un hombre mayor que te solucione las cosas económicas.