Ver como niños difíciles, con problemas de autoestima y adaptación, se suman al grupo y se ven capaces de hacer algo bien, es suficiente para seguir adelante. Son capaces de olvidar y ofrecernos su mano, su ayuda, su sonrisa y, ahora también, ese ritmo que llevan en los genes. Y todo esto sucede en la Casa de Acogida y Hospital Pablo Horstman de ANIDAN, en Kenia, en una isla donde no hay coches ni carreteras, Lamu, y en una sociedad mayoritariamente musulmana. ANIDAN está a media hora, caminando, de Lamu (Ciudad Patrimonio de la Humanidad)...