Las encuestas del CIS aparecen en los periódicos como el crucero imperial al comienzo de Star Wars: atruenan, acojonan, ocupan toda la pantalla, sí, pero en realidad nacen de nosotros mismos, son, como decía Zizek, una prolongación de nuestros temores y anhelos. Al lado de esas cifras pavorosas y de la Estrella de la Muerte de Génova, parece que poco pudieran hacer los rebeldes de Podemos: indignación a tope y asambleas a reacción frente al bipartidismo del Emperador y de Darth Vader que llevan cuatro décadas repartiéndose el dominio..