Thomas Balmès, pediatra del cine, ha diseñado un producto audiovisual de altura, colorista, optimista, visualmente impecable, goza de una banda sonora divertida, en fin, una sinfonía para los sentidos, que simboliza un reencuentro con lo que fuimos en el origen y con la mirada puesta en una vida de futuro esperanzadora. Balmès atrapa con su cámara lo que no es necesario mostrar a través de diálogos o subtítulos, porque el documental carece de ellos.