Se llenan la boca hablando de Cataluña, de democracia, de libertad, de persecución, opresión y represión. Manifiestan de forma altisonante su amor a la patria, su lealtad al pueblo. Se proclaman nación milenaria, espejo de civilización y fuente inagotable de cultura. Pero en realidad, Cataluña les importa una mierda.