La criminalización y persecución de hinchadas como Bukaneros, Biris Norte, Riazor Blues o Indar Gorri se ha convertido en una realidad tangible y cíclica que se repite temporada tras temporada en el Estado español, y que ha allanado el camino para la demonización de estos grupos. “El sistema actual en el deporte se asemeja a una organización criminal. Los policías llevan toda la vida vigilando las gradas por mandato del poder y donde tienen que mirar es a los palcos”