Ni Carles Puigdemont ni los otros seis líderes independentistas huidos de la justicia española se sentaron en el banquillo del Tribunal Supremo, pero la sentencia tendrá un efecto directo sobre todos ellos. El juez Pablo Llarena, el instructor de la causa que juzgó el procés, ha pedido ya la reactivación de las órdenes internacionales y europeas de detención contra Puigdemont por sedición y malversación de caudales públicos, según ha comunicado este lunes el Supremo, aproximadamente cuatro horas después de que se conociera la sentencia.