El Torques de Burela, el Carnero Alado o más de una decena de obras importantes de la pintura lucense y gallega, es decir, la auténtica columna vertebral del Museo de Lugo, será devuelta a sus originales propietarios, los herederos de Álvaro Gil. El valor de las piezas es incalculable; una colección de orfebrería con más de treinta piezas, buena parte de ellas torques, entre los que está el de Burela, que ya es casi como un símbolo identificador del Museo. La sentencia es firme.