Bienvenidas sean todas las reformas financieras, laborales y económicas en las que se afana el Gobierno de Rajoy. Pero de nada van a servir si no se lleva a delante la verdadera reforma pendiente. La de la Justicia. La que obliga a que quien la hace, la paga. La que exige a los gestores a rendir cuentas ante la sociedad, la que vela por la rectitud intachable e implacable de las instituciones, de los reguladores, de las instancias fiscalizadoras...Sin esa Justicia, políticos y asimilados toman al asalto los bancos,los medios de comunicación...