La crisis estimula que se juegue por la ilusión de obtener premios que permitan salir del agujero o al menos aliviar las dificultades. Es muy sintomático que los lugares donde más crecen son los barrios humildes. Es tremenda la agresividad de la publicidad, el gasto y la utilización de referentes sociales especialmente de cara a los jóvenes. Cuando falta la ética,tiene que aparecer la norma que proteja a la ciudadanía. No se entiende que haya limitación para la publicidad del tabaco o el alcohol y exista barra libre para la publicidad del juego