Se dice, se cuenta, se comenta que, años atrás, había desaprensivos y vengativos yonkis que se dedicaban a dejar jeringuillas en las butacas de los cines con la pérfida intención de transmitir el VIH a inocentes y honrados ciudadanos como usted o como yo mismo. ¿Será verdad? ¿Será mentira? ¿Qué será... será? Sigan ustedes leyendo y, muy pronto, lo sabrán.