En el año 2004, un imán aseguró en Holanda que la homosexualidad es una enfermedad infecciosa. Sin más dilación, acabó ante la justicia acusado de discriminación. Los jueces, sin embargo, resolvieron que hablaba en nombre de sus creencias religiosas y le absolvieron.[...]Hace unas semanas, otros magistrados decidieron que puede insultarse una religión sin incurrir en delito. Esta vez, el credo era el islam y el que lo ultrajó, Geert Wilders, antiguo liberal convertido en líder de la derecha xenófoba nacional.