Cuando Eduardo Barreiros, -fundador de la marca que llevaba su mismo apellido-, salió de su imperio por los americanos de Chrysler, fué obligado a firmar un documento por el cual se comprometía a no ejercer ninguna labor que tuviera que ver con la automoción durante 5 años. Durante ese tiempo, una persona como el, estaba claro que no se iba a estar quieto, y durante esos 5 años se dedicó a diferentes negocios, unos con mas fortuna que otros. En 1982 con ese plazo ya cumplido, se enteró que en Cuba se quería impulsar la formación de una marca...