El once de abril de 1993 Guillem Agulló y Salvador, militante de Maulets, moría asesinado en Montanejos, a manos de un pelotón de la extrema derecha. Los agresores abandonaron su cuerpo saludando a la romana y cantando el Cara Sol.Tenia dieciocho años. Unos años después la Audiencia de Castellón decidía que detrás del asesinato no había habido ninguna motivación política. El hecho quedaba reducido, pues, a una simple pelea juvenil y, por tanto, desprovisto de toda su carga ideológica en un país donde la violencia fascista, explícitamente antic