Trump sigue siendo Trump. ¡Oh, sorpresa! Sus primeros movimientos en la presidencia demuestran que es el mismo gañán ignorante, manipulador, xenófobo, misógino, prepotente y peligroso que era antes de ser investido. Era estúpido pensar que la toma de posesión le transformaría en un mandatario moderado, juicioso y justo.Aunque suene descabellado, Trump es una oportunidad: para la toma de conciencia contra el fascismo que ya está aquí y para una revolución popular que, como se ha demostrado en EE.UU, deberían encabezar las mujeres..