Quizás por la ley del "karma", estos audios sólo van a acabar afectando a la funcionaria que le grabó sin su consentimiento, Ana Garrido, que no estaba entre sus intenciones filtrar la conversación pero que su ex pareja, Juan Carlos, sí consideró oportuno entregar a la Policía porque podían tener relevancia para la causa, y porque en el dispositivo electrónico donde se encontraban las mismas había también documentación del Consistorio que la misma había robado y que podían ser perjudiciales para ella, y las grabaciones originales, no las retoca