En Chamín, en la carretera que conduce de Barrañán a Caión, hay un bar de toda la vida conocido como O Ferrador. Se distingue del resto por su decoración. Los símbolos franquistas, con sus fotografías, banderas y lemas preconstitucionales lo llenan todo. Por dentro y por fuera. Ya el toldo, flanqueado por dos enseñas con el águila dibujada, anuncia qué se encontrarán dentro los clientes, un bar cuyo propietario extraña a Franco. «Una, grande y libre», se lee al entrar.