¿Puede ahorrarse la Administración más de 30 millones anuales y mantener la productividad? La respuesta, por raro que parezca, es sí. En esta época en que se habla de recortes sin contraprestación y de austeridad, crece una iniciativa con fuerza: la prohibición, por Ley, de utilizar sistemas operativos no libres en la Administración. Porque
#LinuxEsAusteridad, reduciría los costes inherentes a la dependencia de empresas extranjeras como Microsoft, alargaría la vida útil de los ordenadores y se conseguirían mejorar ligeramente nuestras finanzas.