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¿Sabemos lo que comemos?

Hecha la ley, hecha la trampa. Tras una larga lucha, las asociaciones de consumidores conseguimos que la nueva Ley del Etiquetado obligase a ofrecer más información sobre lo que nos llevamos a la boca. Las marcas respetan esta nueva ley, pero recurren a la letra minúscula para poner las verdades que nos interesan. ¿De qué sirve incluir la información esencial si se hace de manera prácticamente ilegible? Te pescan con un gancho en letra grande y esconden la verdad para que no la encuentres.

| etiquetas: comida , alimentación , etiquetado , ley , marketing , engaño

menéame