Los cuatro encapuchados sabían cómo debían actuar. No les importó que el furgón estuviera en una vía concurrida de Madrid. Tampoco que fuese una hora de intenso tráfico o con la posible presencia de viandantes. Se lanzaron con sus revólveres contra el vehículo de una empresa de mensajería y se la llevaron con todo su contenido. Hicieron todo lo necesario para no dejar rastro. Relacionada:
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