«Imagino que ya os estaréis preguntando por qué se me ocurrió esto y cómo finalizó la historia. Iremos por partes. Respecto a la primera cuestión cabe apuntar que existen precedentes familiares. Ya he escrito alguna vez sobre mi tío Moncho, para mí sin duda un referente. Mi tío no iba andando al bar de pueblo, que estaba a dos minutos de distancia. Mi tío subía al coche, quitaba el freno de mano y aprovechaba el desnivel para ahorrar esfuerzos en una jugada maestra e inapelable, un plan sin fisuras que marcó, como se puede comprobar, a toda una
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